En Et trencaré la sang, el director catalán DaVid Conill Riera nos transporta a un pasado medieval marcado por el aislamiento, el fervor religioso y el terror más crudo. Inspirado inicialmente por El exorcista (1973), el cortometraje no solo rinde homenaje al clásico de William Friedkin, sino que lo transforma en una experiencia sensorial más física y brutal, ambientada en paisajes solitarios y con efectos prácticos que prescinden del artificio digital. En esta entrevista exclusiva para Sinister Magazine, Conill Riera nos revela el proceso de creación, los desafíos del rodaje y cómo una estética sucia y visceral puede generar un terror que se siente demasiado real.

¿Qué te inspiró a crear Et trencaré la sang y qué mensaje buscabas transmitir con el cortometraje?

El cortometraje surgió de la idea de rendir homenaje a El exorcista (1973), pero solo como punto de partida. La excusa me servía para realizar un cortometraje de corte tradicional donde el terror bebía de muchos tópicos del género de forma directa y sin muchas pausas argumentales.

¿Cómo describirías el proceso creativo detrás del guion y la dirección de esta historia?

El guion estuvo creado entre Nuri Vigué y yo mismo, había algunas cosas que tenía-mos muy claras, la primera de ellas era que la historia pasara en la época medieval, en un lugar y entorno solitario y la lucha entre el bien y el mal estuviera separado per una delgada línea.

¿Qué desafíos enfrentaste durante la producción del cortometraje, y cómo los superaste?

Lo más complicado fue localizar el lugar de rodaje, estuvimos buscando durante mucho tiempo hasta que finalmente encontramos el sitio idóneo, en este caso creo que el espació es un personaje mas de la historia y era muy importante. Por otro lado, la caracterización del actor protagonista (Ramon Enrich) era muy importante y por suerte en este caso pudimos trabajar con la maquilladora Karen Cunill que realizo un trabajo magnifico

Et trencaré la sang aborda ciertos temas o emociones específicos. ¿Qué esperas que la audiencia sienta o reflexione después de verlo?

Me gusta mucho la idea de que el personaje principal se debata entre que es real o no y si lo que hace esta bien o mal. Me gusta jugar con el espectador.

¿Qué técnicas o decisiones cinematográficas consideras clave para dar vida a la atmósfera del cortometraje?

El espacio es esencial, la caracterización de los personajes también y a nivel visual me gusta mucho jugar con efectos tradicionales, maquillaje i efectos visuales que no tienen ningún tratamiento digital, todos son hechos a mano.

¿Cuál ha sido la reacción del público en festivales o proyecciones previas, y qué significa para ti formar parte del Sinister Film Fest?

Estoy muy contento con el recibimiento del cortometraje en Festivales, gracias a todos ellos nuestro trabajo puede ser visto en todas las partes del mundo, llevamos, en estos momentos, poco más de ochenta certámenes. Formar parte del Sinister me hace especial ilusión ya que es un festival de genero muy reconocido en el sector.

Finalmente, ¿cómo pueden los lectores seguir tu trabajo o ponerse en contacto contigo?

Estoy presente en diferentes redes sociales: Faceboock, Twitter, X… y web en davidconill.com